El hasta ayer Arzobispo de Valladolid, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, pidió hoy a los fieles, durante su toma de posesión como nuevo Arzobispo de Toledo y Primado de España, que le recuerden que "el obispo no es obispo para sí, sino para los demás, para los muchos hijos que Dios le ha dado en Toledo, sacerdotes, seminaristas y fieles laicos, religiosos y otros consagrados, mayores y ancianos".
El nuevo Prelado sucede así al nuevo Prefecto de la Congregación de Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Antonio Cañizares, y en el transcurso de una Misa en la Catedral Primada de Toledo que ambos concelebraron junto al Nuncio Apostólico en España, Mons. Manuel Monteiro de Castro, y el Obispo Auxiliar de Toledo, Mons. Carmelo Borobia.
En su primera homilía como Pastor de la Iglesia de Toledo –el número 120 en la sucesión apostólica en la arquidiócesis primada– Mons. Braulio Rodríguez afirmó que "el obispo está obligado a iluminar con la fuerza del Evangelio las nuevas cuestiones que los cambios de las situaciones históricas presentan de continuo. Así están, ante nosotros, los cambios en las cuestiones culturales, sociales, económicas, científicas y tecnológicas".