Con motivo del Seminario de estudio para los Obispos promovidos por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Prefecto de la Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, Cardenal Francis Arinze, sostuvo que el Obispo es el moderador, promotor y custodio de la vida litúrgica en su diócesis.
Según detalla la agencia Fides, la ponencia del Cardenal versó sobre el encargo de “santificar a través de la santa Liturgia”, misión que “constituye la cumbre del servicio que el Obispo está llamado a ejercer en la Iglesia en nombre de Cristo”.
Tras recordar la enseñanza conciliar de que la liturgia es la cumbre y fuente de la actividad de la Iglesia, el Prefecto señaló que el Obispo, "en cuanto primer dispensador de los misterios de Dios en la Iglesia particular que le ha sido confiada", es el moderador, promotor y custodio de la vida litúrgica en su diócesis.