Durante la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco saludó a los participantes del encuentro sobre migraciones que se celebra en estos días en Roma, y recordó que "el problema de refugiados, de migrantes, hoy es la tragedia más grande después de aquella de la Segunda Guerra Mundial".
El Santo Padre animó "a proseguir en el empeño por la acogida y la hospitalidad de los prófugos y los refugiados, favoreciendo su integración, y teniendo en cuenta sus derechos y sus deberes recíprocos del que acoge y del que es acogido".
Los movimientos migratorios se han incrementado en los últimos años como consecuencia de la guerra en Oriente Medio, la inestabilidad política en el norte de África, los conflictos en el África subsahariana o las desigualdades económicas entre diferentes regiones del mundo.