En su habitual catequesis de la Audiencia General de este miércoles celebrada en el Aula Pablo VI, el Papa Benedicto XVI habló de otro monje del siglo XI, Ruperto de Deutz, quien enseñó en su tiempo algunas cosas válidas para la actualidad: el mal tiene su origen en el errado uso la libertad humana, con lo que defendió así la absoluta bondad de Dios.
El Santo Padre explicó que desde joven, Ruperto manifestó su amor por la vida monástica y su adhesión total a la Sede de Pedro. Fue nombrado abad de Deutz en 1120 y murió en 1129. "Nos enseña que cuando surgen controversias en la Iglesia, la referencia al ministerio petrino garantiza fidelidad a la sana doctrina y otorga serenidad y libertad interior", dijo el Papa
Recordando las numerosas obras de Ruperto, "que todavía hoy suscitan un enorme interés", Benedicto XVI subrayó que "intervino con determinación" en algunas discusiones teológicas, como por ejemplo en la "defensa de la presencia real de Cristo en la Eucaristía".