12 de octubre de 2014 / 09:28 AM
Al presidir la Misa de acción de gracias por la canonización de Santa María de la Encarnación y de San Francisco de Montmorency-Laval, misioneros en Canadá, el Papa Francisco aseguró que el diablo es envidioso, y no tolera que la Tierra sea fecunda en misioneros.
El Santo Padre recordó "la profecía de Isaías: 'El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros', y señaló que "estas palabras, llenas de la esperanza de Dios, indican la meta, muestran el futuro hacia el cual nos dirigimos. En este camino los santos nos preceden y nos guían.
"Estas palabras también delinean la vocación de los hombres y mujeres misioneros".