12 de mayo de 2008 / 08:52 AM
Al recibir este lunes a los miembros del Movimiento para la Vida de Italia, el Papa Benedicto XVI felicitó la energía de la organización desplegada en el ámbito público y recordó que el derecho a la vida del no nacido es un valor innegociable.
El Santo Padre inició su discurso recordando que en 2008 se cumplen 30 años de la legalización del aborto en Italia; momento para "sugerir una reflexión profunda sobre los efectos humanos y sociales que ha producido la ley en la comunidad civil y cristiana durante este período".
"Hay que reconocer -dijo el Papa- que defender la vida humana se ha convertido actualmente en algo más difícil, porque se ha creado una mentalidad de pérdida progresiva de su valor, confiado al juicio del individuo. Como consecuencia, existe un respeto menor a la misma persona humana, un valor que es el fundamento de toda convivencia civil, por encima de la fe que se profesa".