27 de junio de 2014 / 01:09 PM
El presidente del Comité de Actividades Pro-vida del Episcopado de Estados Unidos, Cardenal Sean O'Malley, saludó el fallo de la Corte Suprema que rechazó unánimemente una ley que creaba una "zona restringida" alrededor de las clínicas de aborto para impedir que los activistas pro-vida recen y aconsejen a las mujeres embarazadas que llegan a estas instalaciones.
El fallo unánime de ayer de la Corte Suprema revierte así una norma del estado de Massachusetts que establecía una "zona restringida" de 35 pies (poco más de 10 metros) alrededor de las clínicas de aborto para impedir que los activistas pro-vida tuviera acceso a las mujeres embarazadas que acuden a las clínicas de aborto.
El también Arzobispo de Boston dio a conocer una declaración en la que señala que "esta ley discriminatoria impedía a estos ciudadanos reunirse en las veredas públicas cercanas, al tiempo que permitía a los 'acompañantes de las clínicas' que apresuraran a las mujeres para que ingresaran a las instalaciones" de las clínicas de aborto.