En el marco de la 82º Procesión Anual y Misa en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, unos 30 mil fieles católicos provenientes de todo el estado de California (Estados Unidos), se reunieron en la ciudad de Los Ángeles, para honrar a la Emperatriz de América y de las Filipinas y pedir su intercesión por una reforma migratoria que beneficie a los once millones de indocumentados que viven en el país.

En su homilía bilingüe, el Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez, dijo saber que "muchas de nuestras familias están sufriendo por causa del sistema de inmigración" y señaló que junto a unos líderes políticos se unieron en un ayuno de 24 horas "por la reforma migratoria".

Entre en los políticos que se unieron a este acto de entrega están el supervisor del condado de Los Ángeles, Mark Ridley Thomas, el presidente de la Cámara de Comercio de Los Ángeles, Alan Rothenberg y María Elena Durazo, una líder sindicalista.

El Prelado pidió a los fieles que clamen la intercesión de la Virgen Morena alentandolos a "seguir con nuestros esfuerzos, y tenemos que recordar a los políticos que no podemos dejar que otro año pase, sin que se haya hecho nada".

Exhortó a los presentes a que hagan a sus familias más católicas, que vayan más a la Iglesia, que recen más, y que enseñen a los niños las oraciones, así como las "hermosas promesas de la fe católica. Amémosla como nuestra Señora de Guadalupe quiere que la amemos", enfatizó.

El Arzobispo alentó a que "vivamos nuestra fe con amor, seamos hijos buenos, buenos guadalupanos. Confiemos en Jesús, quien nos dio a Su Madre para que fuera nuestra Madre!. Hagamos conocer Su nombre! El Papa tiene razón, si creemos en Él, las rosas florecerán en nuestra vida. Veremos señales del amor de Dios en todo en nuestra vida. ¡En los lugares y en los momentos en que menos esperamos!".

"¡Que Viva la Virgen de Guadalupe!, ¡Que viva San Juan Diego!, ¡Que vivan los Mártires Mexicanos!, ¡Que viva Cristo Rey!, ¡Que viva la Virgen de Guadalupe!".

Mons. Gómez también reflexionó sobre la reciente celebración estadounidense del Día de Acción de Gracias, donde muchas  familias compartieron alrededor de una mesa agradeciendo las bendiciones recibidas, pero muchas otras no estuvieron juntos debido al impacto del sistema migratorio que ha separado familias.

Y les recordó que "hemos ayunado y orado para que el Espíritu Santo pueda mover los corazones de nuestros líderes del Congreso para que aprueben una legislación muy necesaria para mantener unidas a nuestras familias y dar a nuestra comunidad inmigrante el regalo de la esperanza en esta temporada".