El Cardenal Camillo Ruini, Vicario Emérito del Papa para la Diócesis de Roma, señaló que la educación de las jóvenes generaciones exige, primero que nada, la participación de los padres, una auténtica disciplina para instruir la verdadera libertad personal que apunta siempre a lo mejor; y una educación "en el sufrimiento", para comprender su real magnitud y sentido.
En una conferencia que dictó este lunes en ocasión del 140 aniversario del Colegio Arzobispal San Carlo en Milán, Italia, el Purpurado dijo que, cuando imperan en el mundo el relativismo, el nihilismo y el "naturalismo" que considera al hombre como una "cosa" más en el mundo; "la primera y más necesaria contribución a la formación de las personas está siempre en aquello de lo que proviene la cercanía y el amor, comenzando naturalmente de la fundamental experiencia del amor que los pequeños tienen, o debería tener, con sus padres".
Tras recordar que todo educador "debe entregarse a sí mismo" para generar en sus alumnos "la confianza que permite superar progresivamente el narcisismo inicial y a lograr la capacidad del amor auténtico y generoso", el Cardenal Ruini indicó que el proceso educativo también exige "libertad y disciplina".