El vicario apostólico de Alepo, Mons. Georges Abou Khazen lamentó el fallecimiento por COVID-19 de dos sacerdotes franciscanos en Alepo y dijo que las sanciones internacionales contra Siria dificultan la atención sanitaria y merman la capacidad de ayuda de la Iglesia.
En declaraciones a Asia News, Mons. Khazen señaló que los sacerdotes franciscanos pertenecían al colegio de Tierra Santa ubicado en Alepo, metrópoli económica y comercial de Siria. Indicó que el sacerdote de mayor edad, el P. Edward Tamer de 82 años, gozaba de buena salud, y que el P. Firas Hejazin, tenía solo 49 años.
El Prelado informó que ambos eran parte de los cincos sacerdotes franciscanos que pertenecía a la ciudad de Alepo y señaló que de los tres que quedan vivos, dos se infectaron de COVID-19 y solo uno, el P. Ibrahim Alsabagh, sacerdote de la parroquia latina en Alepo, se salvó de contraerlo.