"No acumulen para ustedes tesoros en la tierra", exhortó el Papa Francisco durante la Misa en la Casa Santa Marta, donde llamó a los fieles a no caer en la tentación de aferrarse a la vanidad, las riquezas y el poder, porque estos son perecederos y esclavizan sus corazones; en cambio, los invitó a buscar los "tesoros del Cielo", como la adoración al Señor y el amor al prójimo, que les darán alegría y corazones luminosos que los llevarán a Dios.
En su homilía, el Santo Padre explicó que el consejo de Cristo de no acumular tesoros en la tierra es una invitación a la prudencia, porque lo que ofrece el mundo no es seguro, sino que se arruina o es arrebatado por los ladrones. Estos tesoros, señaló, son principalmente tres.
"El primer tesoro: el oro, el dinero, las riquezas...Pero con estos no están seguros porque, tal vez, te lo pueden robar, ¿no?; 'No, yo estoy seguro con las inversiones', ¡pero quizá el mercado de valores se derrumba y te quedas sin nada! Y luego dime ¿un euro de más te hace feliz o no? La riqueza es un tesoro peligroso, peligroso...", advirtió el Papa.