Recientemente declarado venerable, Enrique Shaw fue un laico argentino, esposo, padre de 9 hijos y empresario, que falleció en 1962 a sus 41 años. Se caracterizó por vivir el Evangelio desde el lugar donde Dios lo puso: la conducción de una compañía.
Amó a los trabajadores y se preocupó por su bienestar, ejerciendo la caridad cristiana hasta el final de sus días. Su causa de canonización fue impulsada a principios de los 2000 por el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco.