Un nutrido número de fieles se congregó este domingo al mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien antes de la oración mariana resaltó que Dios respeta la libertad de toda persona y por eso "toca su corazón y espera con paciencia su respuesta".
“El cansancio de Jesús, signo de su verdadera humanidad, puede ser visto como un preludio de su pasión, con la que nos ha realizado en plenitud la obra de nuestra redención”, dijo el Santo Padre al meditar sobre el Evangelio de hoy, en que se narra el encuentro de Cristo con la samaritana que va al pozo a recoger agua.
El Papa afirmó que “en el encuentro con la samaritana en el pozo, surge el tema de la ‘sed’ de Cristo, que culmina en el grito en la cruz: ‘Tengo sed’. Ciertamente esta sed, como el cansancio, tiene una fase física. Pero Jesús, como dice San Agustín, ‘tenía sed de la fe de aquella mujer’, como la fe de todos nosotros”.