"Nadie puede ser excluido de la misericordia de Dios; todos conocen el camino para acceder y la Iglesia es la casa que acoge a todos y no rechaza a ninguno".
El Papa Francisco pasó la tarde de su segundo aniversario como Pontífice confesando a algunas personas en la Basílica de San Pedro y presidió la celebración de la liturgia penitencial con motivo de la iniciativa "24 horas con el Señor" que mantendrá abiertas las iglesias en ciudades de todo el mundo para que los fieles puedan rezar y participar en vigilias.
Su homilía estuvo dedicada al perdón de Dios y anunció un Año Jubilar extraordinario sobre la misericordia. "El Sacramento de la Reconciliación, en efecto, permite acercarse con confianza al Padre para tener la certeza de su perdón. Él es verdaderamente 'rico en misericordia' y la extiende con abundancia sobre cuantos recurren a Él con corazón sincero".