Al presidir el rezo del Ángelus dominical en Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI recordó que ante las "tormentas" y pruebas del mar de la vida, Dios nunca abandona al ser humano, y que además lo busca aún antes de ser invocado y le pide confiarse totalmente a Él.
Ante miles de fieles presentes para la oración mariana entre quienes se encontraba un centenar de jóvenes de Irak, el Santo Padre explicó el Evangelio de este domingo en el que Jesús camina sobre las aguas en medio de la tormenta.
El Papa indicó que al haberse alejado a rezar, Jesús destaca la necesidad de la soledad y la intimidad para rezarle al Padre, pero esto no debe entenderse "como un desinterés hacia las personas o como un abandono de los Apóstoles".