En la Audiencia General de este miércoles celebrada en el Aula Pablo VI, el Papa Benedicto XVI dedicó su catequesis a hablar sobre el beato Juan Duns Scoto, de quien dijo se puede aprender que lo esencial en la vida es "creer que Dios está cerca de nosotros y nos ama en Cristo Jesús, y cultivar, por tanto, un profundo amor a Él y a su Iglesia. De este amor somos testigos en esta tierra".
Este beato, nacido probablemente en 1266, en un pueblo de Escocia llamado Duns, entró en los franciscanos menores y fue ordenado sacerdote en 1291. "Por su inteligencia brillante se le conoce con el nombre de ‘Doctor sutil’. Enseñó teología en las universidades de Oxford, Cambridge y París. Decidió abandonar Francia por fidelidad al Papa Bonifacio VIII, en su disputa con el rey Felipe IV el Hermoso. En 1305 regresó a París para enseñar teología y posteriormente ejerció su magisterio en Colonia, donde falleció en 1308".
"Con motivo de la fama de santidad de la que gozaba, su culto se difundió enseguida en la orden franciscana y el Venerable Juan Pablo II lo declaró beato el 20 de marzo de 1993, definiéndolo ‘cantor del Verbo encarnado y defensor de la Inmaculada Concepción’. En esa expresión se sintetiza la notable aportación que Duns Escoto ofreció a la historia de la teología".