En su saludo en español al concluir el rezo del ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI señaló que Dios es el tesoro al que los católicos "debemos supeditar todo lo demás" en la vida.
Tras finalizar su reflexión sobre la necesidad de tener un corazón dócil, es decir una conciencia moral sensible a Dios que permita discernir y obrar siempre el bien para evitar el mal, el Santo Padre señaló que el Evangelio de hoy llama a los católicos a recordar que Dios es un tesoro.
"La parábola del tesoro escondido que escuchamos en el Evangelio de hoy, nos recuerda la importancia decisiva y suprema del Señor en nuestra vida, invitándonos a supeditar todo lo demás a este inefable tesoro que Dios ha puesto en nosotros", dijo el Pontífice.