En su intervención en el congreso "Las nuevas fronteras de la genética y el riesgo de la eugenética", el Arzobispo de Oristano, Mons. Ignacio Sanna, destacó la importancia de entender al hombre como imagen de Dios; y por lo tanto con una base espiritual sólida, y precisó que esta comprensión permite que su intrínseca dignidad y sus derechos humanos sean entendidos correctamente.
En el congreso promovido por la Pontificia Academia para la Vida, el Prelado señaló que "la fundamentación teológica es una gran ayuda originante y original, para una compresión auténtica de la dignidad humana y de los derechos del hombre, que nos permite no solo descifrarlos en su verdadero significado, sino también defender a la una de los otros de una posible instrumentación ideológica".
Tras explicar luego que "el fundamento último de la dignidad del ser humano radica en el hecho de que participa de la naturaleza de Dios" y que el "núcleo central de este fundamento teológico es sin duda la concepción del hombre como imagen de Dios", el Arzobispo señaló que la "Gaudium et spes (documento del Concilio Vaticano II, al ofrecer un esbozo de antropología cristiana, centrada toda en el tema de la imagen de Dios, dedica el primer capítulo de la primera parte a la dignidad de la persona humana".