Difunden rechazo anticipado de Sobrino a notificación de la Santa Sede

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Varios sitios web difundieron la carta que el teólogo liberacionista y sacerdote jesuita Jon Sobrino, remitió en diciembre pasado al Prepósito General de la Compañía de Jesús, Peter Hans Kolvenbach, expresando su no adhesión anticipada a la Notificación de la Santa Sede sobre proposiciones erróneas en algunas de sus obras.

La semana pasada, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó la mencionada Notificación sobre las obras de Sobrino "Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret" y "La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas", en las que se han encontrado "diversas proposiciones erróneas o peligrosas que pueden causar daño a los fieles" y que "no están en conformidad con la doctrina de la Iglesia".

Los errores que apunta la Congregación se refieren a los presupuestos metodológicos en los que Sobrino funda su reflexión teológica, a la divinidad de Jesucristo, la encarnación del Hijo de Dios, la relación entre Jesucristo y el Reino de Dios, la autoconciencia de Jesucristo y, finalmente, el valor salvífico de su muerte.

Aunque Sobrino aún no ha comentado públicamente la Notificación, diversos sitios en Internet simpatizantes de la Teología de la Liberación reprodujeron la carta. Según el National Catholic Reporter, la misiva tiene como fecha 13 de diciembre de 2006, es decir solo unos días después que la Congregación para la Doctrina de la Fe firmara la Notificación, que se hizo pública la semana pasada.

En esta misiva, Sobrino reafirma los puntos cuestionados por la Santa Sede y sostiene que la "razón fundamental" por la que no se adhiere a la Notificación es que cuenta con el apoyo de "un buen número de teólogos" que han leído sus dos libros y cuyo "juicio unánime es que en mis dos libros no hay nada que no sea compatible con la fe de la Iglesia".

"No me siento representado en absoluto en el juicio global de la notificatio. Por ello no me parece honrado suscribirla", sostiene Sobrino y agrega que adherirse a ella "sería una falta de respeto a los teólogos" que lo apoyan, entre los que cita al Cardenal brasileño Paulo Evaristo Arns, y los sacerdotes González Faus, J. Vives, X. Alegre, Carlo Palacio, Gesteira, Javier Vitoria, Martin Maier, y Sesboué.

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Luego, Sobrino sostiene que en estos años, el "P. Arrupe, sobre todo, pero también el P. Vincent O'Keefe, como vicario general, y el P. Paolo Dezza, como delegado papal, siempre me animaron a responder con honradez, fidelidad y humildad. Me agradecieron mi buena disposición a responder y me daban a entender que el modo de proceder de las curias vaticanas no siempre se distinguía por ser honrado y muy evangélico".

"Lo que quiero añadir ahora es que no sólo he tenido serias advertencias y acusaciones de esas congregaciones, sobre todo la de la fe, sino que desde muy pronto se creó un ambiente en el Vaticano, en varias curias diocesanas y entre varios obispos, en contra de mi teología -y en general, contra la teología de la liberación. Se generó un ambiente en contra de mi teología, a priori, sin necesidad de leer muchas veces mis escritos", acusa Sobrino.

Asimismo, involucró a un purpurado vaticano en una supuesta campaña para "acabar con Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Ronaldo Muñoz y Jon Sobrino. Así me lo contaron, y me parece muy verosímil".

Sobrino aduce que ha sido víctima de una campaña de desprestigio por parte de personajes desinformados que no han leído sus libros. "Esta ‘mala fama’ no creo que fuese algo específicamente personal, sino parte de la campaña contra la teología de la liberación", sostiene.

La segunda razón

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El teólogo formula luego la segunda razón por la que no se adhiere a la Notificación, y dice que está relacionada al "modo de proceder del Vaticano en los últimos 20 ó 30 años. En esos años, muchos teólogos y teólogas, gente buena, con limitaciones por supuesto, con amor a Jesucristo y a la Iglesia, y con gran amor a los pobres, han sido perseguidos inmisericordemente".

Sobrino cita a "Monseñor Romero en vida (todavía hay quien no le quiere en el Vaticano, al menos no quieren al Monseñor Romero real, sino a un Monseñor Romero aguado), Don Helder Camara tras su muerte, y Proaño, Don Samuel Ruiz y un muy largo etcétera. Han intentado descabezar, a veces con malas artes, a la CLAR, y a miles de religiosas y religiosos de inmensa generosidad, lo que es más doloroso por la humildad de muchos de ellos. Y sobre todo, han hecho lo posible para que desaparezcan las comunidades de base, los pequeños, los privilegiados de Dios", señala Sobrino.

"Adherirme a la notificatio, que expresa en buena parte esa campaña y ese modo de proceder, muchas veces claramente injusto, contra tanta gente buena, siento que sería avalarlo. No quiero pecar de arrogancia, pero no creo que ayudaría a la causa de los pobres de Jesús y de la iglesia de los pobres", arguye.

Contra Ratzinger

En la tercera parte de la carta, Sobrino apunta su artillería contra el Papa Benedicto XVI a partir de las críticas a su teología formuladas por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger.

Aunque reconoce que "no es una razón para no suscribir la notificatio", Sobrino sostiene "que el Cardenal Ratzinger, en 1984, no entendió a cabalidad la teología de la liberación, ni parece haber aceptado las reflexiones críticas" de algunos autores liberacionistas. "Personalmente creo que hasta el día de hoy le es difícil comprenderla. Y me ha disgustado un comentario que he leído al menos en dos ocasiones. Es poco objetivo y puede llegar a ser injusto. La idea es que ‘lo que buscan los (algunos) teólogos de la liberación es conseguir fama, llamar la atención’", agrega.

Para el jesuita de origen vasco radicado en El Salvador, "no es fácil dialogar con la Congregación de la fe. A veces parece imposible. Parece que está obsesionada por encontrar cualquier limitación o error, o por tener por tal lo que puede ser una conceptualización distinta de alguna verdad de la fe. En mi opinión, hay aquí, en buena medida, ignorancia, prejuicio y obsesión para acabar con la teología de la liberación. Sinceramente no es fácil dialogar con ese tipo de mentalidad".

"Querido Padre Kolvenbach esto es lo que quería comunicarle. Bien sabe usted que, aunque estas cosas son desagradables, puedo decir que estoy en paz. Esta viene del recuerdo de innumerables amigos y amigas, muchos de ellos mártires. Estos días, el recuerdo del P. Jon Cortina nos trae de nuevo la alegría. Si me permite hablarle con total sinceridad, no me siento ‘en casa’ en ese mundo de curias, diplomacias, cálculos, poder, etc. Estar alejado de ‘ese mundo’, aunque yo no lo haya buscado, no me produce angustia. Si me entiende bien, hasta me produce alivio", concluye Sobrino.

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