2 de septiembre de 2009 / 09:50 AM
En la Audiencia General de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI alentó a los fieles a desprenderse de las cosas efímeras para anhelar las eternas, centrándose en la Eucaristía como fuente y culmen de la vida.
Retomando las catequesis sobre los grandes santos de la Iglesia de Oriente y del tiempo medieval en Occidente, Benedicto XVI dedicó la de hoy a San Odón, el segundo abad de la famosa Abadía de Cluny, en Francia. "Desde aquel centro de vida espiritual pudo ejercer un gran influjo en los monasterios del continente europeo", difundiendo la vida y la espiritualidad inspiradas en la Regla de San Benito. Falleció en el año 942.
El Papa Benedicto recordó que entre las virtudes del santo destacan "la paciencia, el desapego por las cosas terrenas, el celo por las almas, su empeño por la paz, el cumplimiento de los mandamientos, la atención a los pobres, la corrección de los jóvenes y el respeto por los ancianos".