En sus palabras de agradecimiento a los Cardenales reunidos en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa Benedicto XVI aseguró su "total obediencia y benevolencia" para su sucesor.

El Santo Padre aseguró a los Cardenales que "también ha sido una alegría caminar con ustedes a la luz de la presencia del Señor resucitado. Como he dicho ayer ante los fieles que llenaban la Plaza de San Pedro, vuestra cercanía y vuestro consejo ha sido de gran ayuda para mi ministerio".

El Papa señaló que durante sus 8 años de pontificado, "hemos vivido momentos bellísimos de luz radiante con la Iglesia, así como momentos que han sido oscuros. En estos momentos hemos tratado de seguir a Cristo y a su Iglesia con amor profundo y total".

"Quiero alentarlos a crecer en esta amistad profunda, de tal manera que el Colegio de los Cardenales sea expresión de la diversidad de la Iglesia universal, marcada por una concorde armonía".

El Santo Padre recordó las palabras dedicadas a él por su mentor, el sacerdote y teólogo italiano Romano Guardini, quien le escribió que "la Iglesia no es una realidad pasada, es una realidad viva, ella vive a lo largo del tiempo, en el devenir, como todo ser viviente transformándose, y sin embargo permanece siempre la misma y su corazón es el mismo".

"Esta es la experiencia que he tenido ayer en la Plaza, que la Iglesia es un cuerpo vivo", aseguró Benedicto XVI, añadiendo que la Iglesia "está en el mundo, pero no es del mundo".

El Papa remarcó que "la Iglesia vive, crece y se refleja en las almas, que como la Virgen María acogen la palabra de Dios y la conciben por obra del Espíritu Santo".

"Permanecemos unidos en este misterio, en la oración, especialmente en la Eucaristía cotidiana", indicó, "esta es la alegría que nadie podrá quitarnos".

Benedicto XVI aseguró a los Cardenales que continuará "sirviendo a la Iglesia en la oración, especialmente en los próximos días", para que la elección del nuevo Papa sea fruto de la docilidad al Espíritu Santo.

Tras concluir sus palabras, el Papa Benedicto XVI recibió el afectuoso saludo de los Cardenales presentes, así como de diversos funcionarios de la Curia Vaticana.