El Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP), en Nueva Zelanda, P. Paul Shannahan, pidió oraciones y ayuda material para la ciudad de Christchurch, que el 22 de febrero sufrió un terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter y que dejó hasta el momento 65 muertos.
El sacerdote dijo a la agencia Fides que el terremoto dejó edificios destruidos, unas cien personas bajo los escombros, carreteras y líneas telefónicas cortadas. Además, relató que la población está dejando el centro de la ciudad y que la catedral católica y anglicana "están parcialmente destruidas".
El P. Shannahan informó que se declaró el estado de emergencia y "el ejército y los civiles han sido reclutados para ayudar a la policía y a los bomberos. Estos últimos están trabajando sobre todo en los rescates, hay muchos fuegos y poca agua para apagarlos".