2 de septiembre de 2009 / 03:47 PM
El Obispo Auxiliar de Antequera-Oaxaca, Mons. Oscar Campos, afirmó que los desastres naturales como terremotos, huracanes e inundaciones, son un llamado fuerte a la solidaridad cristiana y una prueba para la calidad de un pueblo.
En el contexto del paso del huracán Jimena que amenaza las costas de México, el Prelado también señaló que estas situaciones deben "ser motivo para implementar los mecanismos de respuesta eficaz desde las instancias responsables del Estado; y, al mismo tiempo, una cultura de prevención en la que participemos todos los miembros de la sociedad".
Mons. Campos recordó que los desastres no son un castigo de Dios porque Él es vida. "El dolor y la muerte; los desequilibrios de la naturaleza que provocan graves tragedias, no son sino parte de la condición material que camina hacia la plenitud en medio de los dolores de parto de la Nueva Creación", afirmó.