Desarrollo de pastoral vocacional para construir el futuro, alienta Cardenal Urosa

El Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, indicó que "para construir el futuro es importante que se desarrolle una intensa, constante y sistemática pastoral vocacional".

Así lo expresó el Purpurado venezolano al presidir una Eucaristía por el inicio del año jubilar por los cien años de la congregación de las Hermanas Catequistas de Lourdes.

"A pesar del secularismo que hay que combatir incluso dentro de nosotros mismos; del desprecio y el abandono de lo religioso. A pesar del materialismo del mundo moderno y de la presunta superficialidad de la juventud, sin duda, el Señor seguirá llamando a muchas jóvenes a unirse a este ejército de almas consagradas" en esta institución, dijo el Cardenal.

El Purpurado recordó en su homilía del 19 de abril que entre finales del siglo XIX y a principios del XX, cuando nació esta la congregación, la situación para la Iglesia Católica en Venezuela era "muy terrible y difícil".

En 1870 habían exilado al Arzobispo de Caracas Silvestre Guevara y Lira; el obispo de Mérida, Monseñor Juan Hilario Bosset murió en el camino al exilio al caerse de la silla del caballo; cerraron los conventos y el seminario de Caracas; además, confiscaron muchos de los bienes de la Iglesia en todo el país; explicó el Arzobispo

Sin embargo, en esas circunstancias surgieron varias comunidades religiosas venezolanas, entre estas la Congregación de las Hermanas Catequistas de Lourdes; gracias a las "almas intrépidas, valientes y arrojadas; llenas de entusiasmo y confianza en Dios" como las del Padre José Manuel Jiménez y la Madre Enriqueta de Lourdes, quienes el cuatro de abril de 1909, fundaron este instituto de vida consagrada, con el aval del Arzobispo de Caracas, Mons. Juan Bautista Castro; explicó el Cardenal Urosa.

Asimismo alentó a la comunidad a seguir trabajando por la catequesis, evangelización y las vocaciones, con un sentido de renovación basado en el amor y la fidelidad, según los signos de los tiempos asumidos desde las exigencias del Evangelio de Jesucristo.

"Renovación es alegría en la escucha de la Palabra de Dios; entusiasmo y nuevo ardor en la actuación apostólica; fortaleza en las adversidades; vivencia plena de la fraternidad en la vida comunitaria; comunión con la iglesia local y sus legítimos pastores; caridad viva hacia los más necesitados y empuje para anunciar la palabra de Dios en esa tarea fundamental como son la catequesis y la actitud vocacional", destacó el Arzobispo.