El pasado 8 de febrero, un grupo de musulmanes junto a policías sin uniforme ingresaron a la vivienda del cristiano Kaila Masih, y golpearon a los miembros de la familia, entre ellos tres mujeres.

Según informa la agencia vaticana Fides, el hecho ocurrió en el pueblo de Pattoki, distrito de Kasur, donde en días previos se registró la violación de la joven cristiana Fouzia Bibi, de 15 años, perpetrada por influyentes musulmanes locales. Uno de ellos fue recientemente detenido.

El ataque contra Kaila Masih y su familia ha despertado la preocupación en la comunidad, pues podría tratarse de un acto de intimidación contra la familia de Fouzia Bibi, para que retire la denuncia contra los violadores.

Gracias a la asistencia jurídica proporcionada por la ONG LEAD, se pudo registrar la denuncia contra los agresores, y la queja por la ola de violencia impune contra las familias cristianas de la ciudad.

En el caso de Fouzia Bibi, Fides reveló que al parecer se está coordinando la liberación del presunto violador detenido, Shabir Ali, pues, a pesar de que el examen médico constató la violación, al haber pasado más de 15 días fue imposible encontrar pruebas orgánicas que incriminen directamente a los dos acusados.

La policía pakistaní estaría decidida a cerrar el caso. Si esto sucede, la familia aseguró que presentarán un recurso de apelación ante el Tribunal Supremo.