Tortura, cárcel y pena de muerte son los castigos que con frecuencia enfrentan los cristianos en varios países de Asia por ser fieles a su propia fe. Según el Informe sobre Libertad Religiosa 2005 de la Asociación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), son miles los cristianos que padecen persecución por parte de las autoridades políticas o religiosas en sus respectivos países.
El diario La Razón difundió parte de este informe presentado en Roma y precisó que “en todo el globo, el continente asiático -incluyendo Oriente Medio-, es el que registra un mayor número de abusos contra la libertad religiosa”.
“En ciertas regiones, por ejemplo, está prohibido hablar de la religión no oficial en público. El culto cristiano es, en otros, excusa suficiente para acabar con los huesos en la cárcel. El caso de China, donde los católicos sólo pueden profesar su fe ‘alistándose’ a una organización nacional que controla sus movimientos (la Iglesia Patriótica o Asociación Patriótica), es uno de los más duramente criticados en el informe”, precisó el diario.