El Papa Francisco no quiere sacerdotes que se miren a sí mismos y que no salgan a buscar la oveja perdida, sino pastores conscientes de la ternura de Dios y con ganas de ayudar a quien lo necesite. Lo reiteró el viernes en la tarde ante miles de sacerdotes que participan estos días en el III Retiro Mundial de Sacerdotes, durante la Misa que celebró con ellos en la Basílica de San Juan de Letrán.
"Hoy les pido a ustedes, en este retiro, que sean pastores con la ternura de Dios. Dejar el látigo colgado en la sacristía y ser pastores con ternura, también con aquellos que les creen más problemas" puesto que "es una gracia divina".
"Nosotros no creemos en un Dios etéreo, creemos en un Dios que se ha hecho carne, que tiene un corazón y este corazón hoy nos habla así: 'Vengan a mí. Si están cansados, oprimidos y yo les daré reposo. Pero a los pequeños trátenles con ternura, con la misma ternura con la que les trato yo'".