Además, el Santo Padre solicitó la "paz y reconciliación en los pueblos del Líbano, de Siria y de Irak, y particularmente en todas las comunidades cristianas que viven en Oriente Medio".
Asimismo, el Papa lanzó un llamado a la paz en Libia "para que encuentre estabilidad después de años de tensiones"; en Yemen que "sufre por un conflicto olvidado por todos con incesantes víctimas, pueda la tregua firmada en los últimos días devolverle la esperanza a la población"; por la reconciliación en Myanmar "donde perdura un dramático escenario de odio y de violencia"; por Afganistán "donde no se consiguen calmar las peligrosas tensiones sociales, y una dramática crisis humanitaria está atormentando a la población".
También, el Pontífice solicitó "paz en todo el continente africano, para que acabe la explotación de la que es víctima y la hemorragia causada por los ataques terroristas -especialmente en la zona del Sahel-, y que encuentre ayuda concreta en la fraternidad de los pueblos" entre ellos, Etiopía, "afligida por una grave crisis humanitaria, vuelva a encontrar el camino del diálogo y la reconciliación"; en la República Democrática del Congo para que se "ponga fin a la violencia"; así como por los afectados en la parte oriental de Sudáfrica afectados por graves inundaciones.
Asimismo, el Santo Padre rezó a Cristo resucitado asista "a los pueblos de América Latina que, en estos difíciles tiempos de pandemia, han visto empeorar, en algunos casos, sus condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico".