Dejar las comodidades y ser misioneros “callejeros”, alienta arzobispo argentino

Salir de uno mismo y de los egoísmos para "que dejemos nuestra comodidad y nos hagamos misioneros, 'callejeros' como nos pide el Papa y anunciemos a todos el gozo del Evangelio", es el llamado que ha hecho el Arzobispo de Tucumán (Argentina), Mons. Alfredo Zecca, en una reflexión navideña.

El Prelado, en un artículo publicado en el Diario argentino La Gaceta, invita a sus compatriotas a "colaborar, con corazón abierto, en la construcción de un mundo diferente, más justo y más fraterno".

Pidió la ayuda de Dios para que la Iglesia sea cada vez más comprometida con los pobres y "que pueda ser, de verdad, una casa para todos". Mons. Zecca exhortó además a dejar el "encierro" en uno mismo, para poder ir a las periferias donde se necesita y se reclama "atención y cariño".

Resaltó la importancia de pedir que el "Príncipe de la Paz nos ayude a construir una Patria de hermanos en la que la justicia, la solidaridad, el compromiso ciudadano, la honradez, la solidaridad, aseguren una paz sólida, estable y duradera".

El Arzobispo argentino invitó a mirar el futuro con esperanza, porque la paz es posible, así como la reconciliación, el perdón y la fraternidad.

Mons. Zecca hizo también un pedido a Dios para que "esta Navidad, en este preciso momento de Tucumán y de la Argentina, asumamos el compromiso de una colaboración solidaria con todas las estructuras sociales, con todas las instituciones y, muy especialmente, con los más pobres".

Recordó que Jesús "vivió pobre entre los pobres anunciándoles el Evangelio de la paz y, en los momentos cruciales de su vida, estuvo presente su Madre", y que nació y murió en la periferia.

Al finalizar su mensaje imploró la bendición de Dios "para todos y cada uno de los tucumanos, cristianos, judíos, musulmanes, miembros de otras religiones, agnósticos, ateos, sin excluir absolutamente a nadie", señalando que en sus oraciones estaban "todos" y deseó un futuro venturoso con un compromiso ciudadano, así como también una paz sólida, estable y duradera en la sociedad.