Al dedicar su habitual catequesis de la Audiencia General de los miércoles a la Orden de Cluny que surgió en Francia en la Edad Media, el Papa Benedicto XVI alentó a defender el rico patrimonio cultural y cristiano de Europa que estos monjes también ayudaron a construir.
El Santo Padre explicó que Cluny "quiso garantizar el papel central que debe ocupar la liturgia en la vida cristiana; promovió la música sacra, la arquitectura y el arte, enriqueció también el calendario litúrgico" porque "los monjes estaban convencidos de que con todo ello se participaba en la liturgia celestial".
La Orden de Cluny, dijo el Papa, "al inicio del siglo XII, momento de su máxima expansión, contaba casi con 1200 monasterios". "Muy pronto, el monasterio de Cluny adquirió fama de santidad y muchas comunidades monásticas decidieron seguir sus costumbres. El éxito de Cluny fue asegurado, sobre todo, por su gran espiritualidad", agregó.