6 de noviembre de 2006 / 04:19 PM
Este fin de semana se inauguró un monumento dedicado a los 96 sacerdotes católicos que fueron ejecutados por los nazis en el campo de concentración de Sachsenhausen durante la Segunda Guerra Mundial.
El memorial está hecho en piedra e incluye todos los nombres de los clérigos asesinados, la mayoría polacos. Al acto asistieron sobrevivientes del campo nazi y el Arzobispo de Varsovia, Cardenal Jozef Glemp.
Sachsenhausen fue el principal campo de concentración de Berlín. Las fuerzas alemanas en Polonia ejecutaron sumariamente o deportaron a miles de polacos católicos, especialmente maestros, sacerdotes, funcionarios y otros líderes, en un intento por eliminar la clase educada polaca y evitar cualquier tipo de resistencia organizada. Muchos polacos fueron enviados a Sachsenhausen. Solo en mayo de 1940, llegaron mil 200 prisioneros polacos, incluyendo más de 60 clérigos.