El Caballero Supremo de los Caballeros de Colón, el estadounidense Carl Anderson, explicó que decir "sí" a la llamada de Cristo para servir al prójimo es la única motivación de la acción caritativa de esta organización laica, la más grande del mundo, en su intervención en el encuentro de Rimini (Italia) que promueve Comunión y Liberación.
En su ponencia, Anderson recordó que este año se cumplen 127 años desde que se fundaran los Caballeros de Colón en 1882, en New Haven, Connecticut, por parte del Siervo de Dios, P. Michael McGivney.
"En aquella época en Connecticut y en gran parte de Estados Unidos se había difundido mucho diversos sentimientos contra la Iglesia Católica. La discriminación en los lugares de trabajo contra los nuevos inmigrantes (entre los que había muchos católicos) era un dato de hecho", dijo Anderson.