De la familia fundada en matrimonio entre hombre y mujer depende el futuro de la sociedad

El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, señaló que de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer depende el futuro de los niños y de la sociedad.

En su último artículo publicado en ACI Prensa titulado "La ecología humana del matrimonio y la familia", Mons. Gómez se refiere a una serie de amenazas actuales ante las cuales es necesario recordar la auténtica naturaleza del matrimonio.

Algunas de esas amenazas son: "la tasa de divorcios. Los índices de abortos. Más y más parejas sin casarse viviendo juntas. Más y más niños que nacen fuera del matrimonio. Podemos ver esto en como las personas pudientes y algunos grupos trabajan tratando de 'redefinir' el matrimonio".

El Prelado afirma luego que "a la Iglesia se le ha confiado la salvaguarda de la dignidad de cada persona, de acuerdo al orden natural de la creación. Como católicos, estamos llamados a compartir esta hermosa verdad con el mundo".

A continuación resalta que "cada sociedad en cada época, siempre ha entendido que el matrimonio es la unión para toda la vida de un hombre y una mujer, para su bienestar y para la creación y la educación de los hijos. En cada sociedad, en cada época, el matrimonio y la familia siempre han sido acerca de los niños. Porque nuestros niños son el futuro de nuestra sociedad".

Ante amenazas como "el control de la natalidad y las tecnologías reproductivas cortan los lazos naturales entre el acto marital y la procreación de los hijos" y el hecho de que "nuestra cultura ahora promueve un individualismo radical que define la libertad sexual como la fuente de la verdadera felicidad", el Arzobispo recuerda que "no podemos gobernar nuestra sociedad sobre la base de necesidades centradas en nosotros mismos".

"Como adultos y como ciudadanos, tenemos una obligación moral de mirar más allá de nosotros mismos. De pensar en el bien común de nuestra sociedad. De pensar en las futuras generaciones", añade.

El Prelado recuerda luego que "los niños tienen derecho de crecer en un hogar con la madre y el padre que les dieron la vida y quienes prometieron compartir sus vidas para siempre". Ellos, agrega, "tienen el derecho de nacer en una familia fundada en el matrimonio, donde ellos pueden descubrir su verdadera identidad, su dignidad y su potencial. Donde ellos pueden aprender en amor el significado de la verdad, la belleza y la bondad".

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