El Administrador Apostólico de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, señala en su acostumbrada carta semanal que la cultura debe servir al hombre haciéndolo cada vez más humano, sin caer en el riesgo del relativismo cultural que lo agrede.
En la misiva titulada "Cultura al servicio del hombre", el Purpurado resalta que "la cultura es una característica propia del ser humano que nos diferencia de forma radical del resto de seres de la creación. La cultura tiene una importancia decisiva y esencial para la perfección integral de la persona y el bien de toda la sociedad".
Seguidamente el Cardenal precisa que "el respeto a las expresiones culturales no debe confundirse, sin embargo, con un relativismo cultural: las expresiones culturales, lejos de ser absolutos inmunes a la crítica, pueden ser valoradas y enjuiciadas por su contribución al bien de las personas y al bien de la sociedad".