26 de febrero de 2012 / 10:01 AM
El Papa Benedicto XVI resaltó que el tiempo de Cuaresma es propicio para renovar y fortalecer “nuestra relación con Dios, a través de la oración cotidiana, los gestos de penitencia y las obras de caridad fraterna”.
En su alocución previa al rezo del Ángelus, en la Plaza San Pedro frente a miles de fieles ahí reunidos, el Santo Padre hizo una exhortación a tener “la paciencia y la humildad de seguir cada día al Señor, aprendiendo a construir nuestra vida no fuera de Él o como si no existiera, sino en Él y con Él, porque es la fuente de la verdadera vida”.
Benedicto XVI hizo referencia al relato bíblico posterior al bautismo de Jesús en el Jordán, cuando se interna en el desierto durante cuarenta días.