6 de mayo de 2011 / 10:41 AM
Al encontrarse esta mañana con los 34 nuevos reclutas de la Guardia Suiza Pontificia y sus demás miembros, el Papa Benedicto XVI resaltó que Cristo resucitado es la luz en medio de las tinieblas del mundo y que con su entrega exige una vida cristiana coherente y fiel a la voluntad de Dios.
En su discurso en alemán, francés e italiano, el Santo Padre recordó el famoso "Saco de Roma", en el que los guardias suizos defendieron con vigor al Papa, hasta dar la vida por él, y explicó que "el recuerdo de aquel saqueo terreno tiene que hacer reflexionar sobre la existencia de la amenaza de un saqueo más peligroso, que podríamos llamar espiritual".
"En el contexto social actual, muchos jóvenes corren el riesgo de caer en un empobrecimiento progresivo del alma, porque siguen ideales y perspectivas de vida superficiales, que solo colman necesidades y exigencias materiales", alertó.