En su reflexión dominical, el Obispo de San Cristóbal de Las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, recordó que Jesucristo “nunca nos deja solos” pero resaltó que “Él ayuda a los que trabajan y buscan alternativas a su pobreza, no a los flojos, criticones y atenidos”.
En su mensaje titulado “Jesús acompaña a quien hace su trabajo”, el Prelado explicó que “Jesús resucitado se aparece nuevamente a sus discípulos. Ellos, obedientes al mandato, regresaron a Galilea. No se quedaron en casa, con flojera y lamentos, con una espera pasiva en que Dios les hiciera milagros a cada rato, sino que se pusieron a trabajar en lo que sabían hacer: pescar”.
“En nuestra patria –agregó el Obispo–, se dice que hay más de cincuenta millones de pobres. El país no ha crecido al ritmo que se había prometido. Ante esta situación, hay personas, grupos, partidos y organizaciones que viven de lamentos y de organizar marchas y mítines de protesta, lo cual es inevitable y necesario, pero poco se hace por generar empleos, por apoyar al campo”.