El Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos de la Santa Sede, destacó recientemente que los misioneros que arriesgaron su vida para evangelizar Japón no anunciaron a Cristo como "un hombre extraordinariamente sabio o un gurú de la vida moral o un promotor del bienestar social", sino como "el Hijo de Dios".
Según recoge la agencia vaticana Fides, en su homilía de la Eucaristía celebrada el 19 de septiembre en Nagasaki, el Cardenal Filoni destacó que los misioneros que llegaron a Japón siglos atrás estaban preparados para entregar su vida para comunicar a los pobladores del país "el misterio de Jesús, el Hijo de Dios, que ofrece su vida para redimir al hombre de su soledad existencial, de la pobreza del pecado y la esclavitud que lo humilla".
Las misiones a Japón comenzaron con San Francisco Javier, santo jesuita, en el siglo XVI. Los misioneros, primero jesuitas y luego franciscanos, enfrentaron grandes dificultades e incluso persecución y martirio a manos de los líderes políticos y religiosos de la región.