El semanario Cristo Hoy recoge en su edición dedicada a la Virgen de Luján, el testimonio de una madre que confió la vida de su última hija a la intercesión de la Patrona de Argentina. La niña fue desahuciada antes de nacer por una grave malformación, pero ya cumplió tres años de edad y lleva una vida normal.
Marcela es oculista de profesión y madre de tres niños. Cuando cumplió ocho meses de gestación en su último embarazo, los médicos detectaron que su hija tenía hidro anencefalia, acumulación de líquido en el cerebro que al no poder drenar hace que la cabeza crezca en forma anormal. El diagnóstico no daba lugar a la esperanza. La niña moriría pocas horas o días después del parto.
"Cuando estaba entrando en la sala de partos, invoqué a la Virgen de Luján y decidí que llevara su nombre y la entregué a sus manos. La Virgen de Luján apareció en mi mente y en mi corazón en aquellos duros momentos y con fervor le encomendé a mi hija. Gracias a ella hoy la tengo conmigo y es una niña como cualquier otra de su edad, regalando sonrisas y amor a quien la conoce. En la actualidad ella, según los estudios, carece de mucho tejido nervioso, y sin embargo es una chica normal", explica Marcela.