17 de junio de 2007 / 08:05 AM
Esta mañana el Papa Benedicto XVI viajó en helicóptero a Asís, donde celebró la Santa Misa con ocasión de los 800 años de la conversión de San Francisco, y en su homilía recordó que la misericordia de Dios necesita de una correspondencia de amor por parte del hombre para poder quemar el pecado con el fuego de su amor.
“Convertirse al amor es pasar de la amargura a la dulzura, de la tristeza a la alegría verdadera. El hombre es verdaderamente si mismo y se realiza plenamente en la medida en que vive con Dios y de Dios, reconociéndolo y amándolo en los hermanos”, dijo el Pontífice en su homilía.
El Santo Padre meditó sobre la conversión, tocando los puntos fundamentales de cada una de las lecturas y del pasaje evangélico del día de hoy. “Hablar de conversión, significa ir al corazón del mensaje cristiano y a las raíces de la existencia humana”.