El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Celestino Migliore, señaló que la crisis financiera hunde sus raíces no solo en inadecuado sistema regulatorio sino, especialmente en la falta de ética y conducta moral.
En su intervención referida al tema de la crisis financiera global, el Arzobispo resaltó que "el aprovechamiento desmedido y la búsqueda inescrupulosa de ganancia a cualquier costo ha hecho que las personas olviden la ética de los negocios", al tiempo que alentó no solo a solidarizarse con los países más pobres sino a generar los medios para "evitar crisis similares en el futuro".
Tras comentar cómo algunos gobiernos no fueron lo suficientemente estrictos para establecer las reglas económicas en los niveles más altos, Mons. Migliore precisó que "el principio de subsidiariedad require que los gobiernos y las grandes agencias internacionales aseguren la solidaridad a nivel nacional y global".