Kenneth Lee Boyd, condenado por el asesinato de su esposa y suegro, ocurridos en 1988, se convirtió en el prisionero número mil en ser ejecutado este viernes en Estados Unidos. En las horas previas a la muerte del recluso, cientos de personas protestaron frente a la prisión central del Estado de Carolina del Norte, encendiendo velas y leyendo los nombres de los otros 999 convictos ejecutados.
Kenneth Boyd, de 57 años, fue ejecutado con una inyección letal a las 2:15 a.m. (07:15 GMT) en la cámara de la muerte de la prisión estatal, según informó la portavoz del departamento correccional, Pamela Walker.
Según Walker, las últimas palabras de Boyd fueron "Dios bendiga a todos aquí” ante los testigos de su ejecución.