7 de julio de 2020 / 10:15 PM
Pese a las limitaciones provocadas por las medidas de contención del coronavirus, la Iglesia en Tailandia continúa al servicio de los migrantes y refugiados que han sufrido más las consecuencias de la crisis de la pandemia.
Si bien la expansión del coronavirus fue controlada en Tailandia, a diferencia de otras realidades de la región, la realidad de la población migrante y los refugiados, en su mayoría desplazados forzosos, ya era dramática desde antes de la pandemia. Por ello, la Iglesia, pese a las limitaciones, no detuvo su obra para mitigar sus necesidades.
El P. Sommai Mathurossuwan, director del Departamento para las víctimas y refugiados (VRD) de la Arquidiócesis de Bangkok, dijo a Asia News que la mayoría de refugiados son "personas frágiles que necesitan de ayuda urgente", pues "carecen de recursos esenciales para sobrevivir", sus hijos "no tienen acceso a la educación básica" y el acceso a la salud "es casi imposible" con excepción de los que "luchan contra el COVID-19".