Carlos Eduardo Restrepo, médico curado por intercesión de la colombiana Beata Laura Montoya, relató cómo se produjo, hace ocho años, el milagro que lo salvó de una terrible enfermedad que había llevado a la muerte a todos los que la habían padecido.

En declaraciones al diario El Colombiano, Restrepo recordó que su situación era terminal, tras un año de incapacidad y discapacidad física en un 90 por ciento, por lo que había recibido los Santos Óleos y se había despedido de sus familiares y amigos, convencido de que “hasta aquí llegamos”.

A sus 33 años, el médico colombiano iba a ser intervenido quirúrgicamente y él, por sus conocimientos en su carrera, sabía que era muy difícil que saliera con vida, por lo que le pidió a la Beata “ayúdeme en este paso y que esto le sirva a usted para llegar a los altares”.

“Yo pensaba en mis adentros, me van a hacer esta cirugía y no me pueden poner ni siquiera epidural porque estoy infectado. Pensé en ella y le oré de una manera muy particular”, recordó.

Luego de esa oración, “a mí me vino la imagen de ella. No voy a decir que fue una aparición o que vi una luz, me acordé de ella, pensé en ella”.

Si bien reconoció que al momento de pedir su intercesión, no conocía mucho de la vida de la Beata Laura, quien dedicó su vida al apostolado y las misiones en la selva colombiana, Restrepo aseguró que “en cada casa antioqueña hay un milagro y una devoción”.

Carlos Restrepo también aseguró que “siempre he sido católico, creyente, con crisis de fe como cualquier persona”.

La recuperación del médico colombiano, tras su pedido a la Madre Laura Montoya fue “pavorosamente rápida bajo cualquier canon”.

“Al mes y medio salí de la clínica. Salí afeitándome, poniéndome la camisa, ya podía hacer las cosas solo”, recordó.

“Cuando me hicieron el primer control les conté a mis papás. Yo aún estaba hospitalizado. Cuando me hicieron el segundo control fui al Santuario, todavía bastante inhabilitado, a contar. Fue muy dramático. Había dos monjitas de gran bondad que me escucharon con atención”, señaló.

Carlos indicó que tras agradecer por el milagro en el Santuario, “las monjitas presentan el milagro. Se inicia un proceso con monseñor Alberto Giraldo”.

“Para los favores hay que esperar mínimo cinco años. Luego se manda a Roma”, dijo.

Carlos Restrepo se reunió en 2008, en Roma, con el presidente de la comisión de estudio de la Congregación para las Causas de los Santos, que lo examinó en “un triaje inicial muy importante para la causa, porque de alguna manera tuvo una entrevista conmigo, médica, de él hacia mí, pero también de un colega a otro”.

“Le conté la experiencia desde el punto de vista médico técnico. Mientras hablábamos, la postuladora, que es una laica, paraba en la mitad y decía cada rato: ‘tutto morti’. Me tradujeron que todos los que habían tenido lo mío estaban muertos”, recordó.

Finalmente, la comisión aprobó el milagro el 14 de junio de 2012.
Al ser consultado por si se convirtió en un “seguidor” de la Beata Laura Montoya, Restrepo remarcó que “uno la religión nunca la politiza”.

“Pienso que la religiosidad se vive, dependiendo del contexto se comparte. Cargo su imagen en mi celular y mi billetera. Puedo dar un mensaje no de manera compartida”, indicó.

Carlos Restrepo indicó que “uno debe ser sutil. Si hay un espacio lo comparto y lo expreso. Pienso que incluso los grandes eruditos de la Iglesia lo hacen de esa manera”.

Por su parte, el Arzobispo de Medellín, Mons. Ricardo Tobón, señaló que “las cosas van bien” para una próxima canonización de la Beata Laura.
“Falta el consistorio de congregación para la causa de los Santos, de los Cardenales y luego el decreto del Papa. Por tarde, en febrero sabremos la última palabra”, indicó.

La Hermana Miriam, misionera de la Congregación de Misioneras de María Auxiliadora y Santa Catalina de Siena, fundada por la Beata, señaló que “lo más difícil ya pasó: la aprobación del milagro y la de los teólogos. Falta el estudio de los cardenales, que luego pasan al Papa”.

“Hay esperanza de que (la canonización) salga para el año entrante”, concluyó.