30 de enero de 2017 / 10:19 PM
"No es difícil ser santos", fue la frase que inspiró a Jan Tyranowski y luego repetía a Karol Wojtyla –quien años más tarde se convertiría en el Papa San Juan Pablo II– mientras este último discernía su vocación sacerdotal en la parroquia salesiana de Cracovia-Debniki.
El pasado 21 de enero el Papa Francisco autorizó la promulgación, por parte de la Congregación para las Causas de los Santos, del decreto de las virtudes heroicas de este laico Siervo de Dios.
Después de concluir la fase diocesana y la primera fase romana, solo falta un milagro reconocido para que este sastre de profesión, mentor y amigo de San Juan Pablo II sea beatificado.