La religiosa Inmaculada Musching, de la Congregación Jesús Verbo y Víctima, afirmó que su labor es trabajar en los lugares más pobres y remotos donde no hay sacerdotes.
Durante su visita a la sede internacional de Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), en Alemania, la religiosa relató que junto con sus hermanas trabajan en aquellos lugares más alejados y pobres donde no hay sacerdotes y donde los católicos dependen de ellas.
Sobre su misión evangelizadora, la religiosa dijo que enfrentan los desafíos de “la extrema pobreza, la falta de educación y las sectas, que a menudo reciben un importante apoyo financiero desde Estados Unidos”.