La audiencia general de este mañana tuvo un especial sello mariano y ecuménico. En una ceremonia cargada de afecto y devoción, el Papa Juan Pablo II entregó a una delegación vaticana el icono de la Madre de Dios de Kazán para que lo regrese a Rusia.
Ante unos siete mil peregrinos reunidos en el Vaticano, el Santo Padre presidió una Liturgia de la Palabra en la que ofreció una homilía y presentó una oración en ruso que él mismo compuso para la Virgen que por años acompañó los apartamentos papales.
En uno de los momentos más solemnes de la ceremonia, el coro del Colegio Pontificio Ruso en Roma entonó la letanía mariana al tiempo que el icono, envuelto en un manto dorado, fue llevado en procesión por el Aula Pablo VI mientras los feligreses podían tocar la venerada imagen.