26 de enero de 2004 / 11:37 AM
Con la llegada de las reliquias de Santa Clara de Asís a la Catedral Metropolitana, numerosos mexicanos celebraron los 25 años de la primera visita del Papa Juan Pablo II al país con una Misa presidida por el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera.
En la celebración eucarística, el Cardenal recordó que “el Domingo de Ramos de 1212, Clara, hija de una noble familia, después de escuchar los fervorosos sermones de San Francisco de Asís, decidió consagrar su vida a Cristo Jesús. En el cielo brillaban las estrellas cuando Francisco de Asís, en el círculo de sus hermanos menores, en la pequeña Iglesia de la porciúncula, le cortó el cabello y la consagró como ‘novia de Cristo’”.
“Clara fue fiel y por más de cuarenta años penó y oró en el pequeño convento de San Damián por su mundo inquieto; primero sola, luego como madre espiritual de muchas compañeras y ahora por una multitud que por amor a Cristo pobre y sufriente siguen con alegría los pasos de Clara de Asís”, afirmó el Purpurado.