La elección del católico Taro Aso como Primer Ministro del Japón marca según expertos, "un momento histórico" para la pequeña comunidad católica de este país, que pese a ser menos del 1% del total de la población, ha logrado un importante papel en el ámbito de la cultura.
Hasta ahora Aso no ha hecho despliegue público de su identidad católica; pero su credibilidad se basa en su trayectoria de honestidad, sustentada en su profundas convicciones religiosas.
En efecto, Aso ha anunciado que la economía será su prioridad, ha descartado disolver la Cámara de Representantes para convocar elecciones anticipadas y ha anunciado una visita a China a finales de octubre, donde podría participar en la ceremonia para conmemorar el 30 aniversario del tratado de paz y amistad entre ambos países.