Una iglesia en Filipinas decidió poner pequeñas estatuas de santos en sus bancas para promover en los fieles el distanciamiento social durante la celebración de la Santa Misa y así evitar los contagios de coronavirus.
Se trata de la parroquia de San José en Rizal (Filipinas), la que ha implementado en la iglesia medidas para prevenir la propagación del COVID-19 y cuidar de la salud de las personas que asisten a las celebraciones litúrgicas.
En declaraciones a medios locales, la parroquia indicó que la idea de usar estatuas fue del párroco, P. Ronald Rhoel Ocampo, quién decidió dar un ambiente solemne con las imágenes de los santos.
"Quería ser creativo para que los feligreses tengan un ambiente alegre cuando entren a la iglesia", agregó el sacerdote.
Las estatuas son desinfectadas con regularidad como parte de los protocolos seguidos por la parroquia luego que se permitiera las celebraciones públicas en el país.
Filipinas ha registrado más de 32 mil contagiados por el COVID-19, y cuenta con más de mil personas fallecidas por esta enfermedad, según indica la Universidad Johns Hopkins.
Desde el 1 de junio, el Gobierno del país ha permitido en las áreas bajo cuarentena general modificada (MGCQ) las reuniones religiosas siempre que se ocupe la mitad del aforo de la iglesia.
"Las reuniones religiosas estarán permitidas hasta el 50% de la capacidad de la iglesia o lugar en las áreas de MGCQ", indicó el secretario de Justicia, Menardo Guevarra el sábado 30 de mayo.
Sin embargo, los templos que estén fuera de estas áreas solo podrán tener reuniones de máximo diez personas.
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El P. John Paul Ginty tiene una historia poco común: trabajó como analista financiero en Wall Street en Nueva York, luego algunos años como abogado, fue también ingeniero nuclear en un submarino y el domingo 21 junio fue ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Newark (Estados Unidos).
La parroquia de Santo Antônio, en la Diócesis de Sinop, en Mato Grosso (Brasil), recibió el 13 de junio una reliquia de primer grado de su patrón, San Antonio de Padua.
El P. Edmond Ilg fue ordenado sacerdote el domingo 21 de junio en la Arquidiócesis de Newark, cuando en Estados Unidos y en muchos otros países se celebró el Día del Padre. Este hombre viudo reservó su primera bendición para su hijo Philip, que también es sacerdote.
